domingo, 26 de febrero de 2012

Rivera Carrera se pronuncia a favor de reformas a los artículos 24 y 40 de la Constitución

Por tratarse de una declaración de suma importancia que expresa un cambio de visión de la Iglesia Católica, decidí compartirlo. En seguida, el texto integro de Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México:

Pronunciamiento sobre la reforma de los artículos 24 y 40 de nuestra Carta Magna

En la Iglesia católica estamos convencidos de la conveniencia de una adecuada separación entre las estructuras políticas y las distintas instituciones religiosas, porque dicha separación favorece al Estado para reconocer y respetar los derechos de todos sus ciudadanos y, al mismo tiempo, permite a la Iglesia desempeñar su tarea en medio de la sociedad con una legítima autonomía (cf C. Vat. II GS 67).

Un Estado laico positivo, es aquél que tiene la capacidad de reconocer y tutelar el derecho de la libertad religiosa que le corresponde al hombre individual y socialmente considerado (cf Compendio DSI 422; C.I.C. 2105) que implica la libertad de creer o no creer y de vivir conforme a las propias creencias, de tal forma que “en materia religiosa, ni se obligue a nadie a actuar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella” (C. Vat. II DH 2), teniendo siempre como límite razonable el respeto a los demás y a la paz y moralidad pública. Desde esta consideración debe quedar en claro que la Iglesia no se opone a la aprobación de la reforma del artículo 40 de la Constitución que declara a la República como laica, pues de facto ya lo es y es adecuado que lo siga siendo.

En la discusión legislativa que actualmente se realiza en México en torno a las reformas constitucionales de los artículos 24 sobre libertad religiosa y 40 sobre el Estado laico, no puede sino darse una plena coherencia entre ambos postulados ya que al afirmar la laicidad del Estado se reconoce su imparcialidad e independencia delante de las distintas instituciones religiosas y al afirmar la libertad religiosa se reconoce el derecho de los ciudadanos para vivir y expresarse conforme a sus principios y creencias, a fin de participar conforme a ellas en la construcción del bien común.

Que quede muy claro a la opinión pública nacional: la Iglesia no busca con esta reforma remover el carácter laico de le educación pública, tampoco pretende interferir en los asuntos que son propias del Estado, lo único que pide es que se reconozca el derecho humano de todo ciudadano a la libertad religiosa.

Así pues, en miras a una madurez cívica de nuestro país, sería saludable la aprobación de la reforma a los artículos 24 y 40 de nuestra Carta Magna, si con ello crecemos en el reconocimiento de los derechos humanos y del fortalecimiento del Estado que sea garante e impulsor de todos los derechos para todos.


+Norberto Cardenal Rivera C.
Arzobispo Primado de México